Cuerpo


"Lo grave es que
sabemos
que después del orden
de este mundo
hay otro.

¿Cuál es?

No lo sabemos.

El número y el orden de las suposiciones posibles en ese
ámbito
es precisamente
¡infinito!

¿Y qué es el infinito?

¡No lo sabemos con exactitud!

Es una palabra
que utilizamos
para indicar
la apertura
de nuestra conciencia
hacia la posibilidad
desmesurada,
inagotable y desmesurada.

¿Y que es con exactitud la conciencia?

No lo sabemos con exactitud.

Es la nada.

Una nada
que utilizamos
para indicar
cuando no sabemos algo
en qué aspecto
no lo sabemos
y decimos
encotnces
conciencia,
el aspecto de la conciencia,
pero hay otros cien mil aspectos.

¿Y entonces?

Parece que la conciencia
en nosotros estaría
ligada
al deseo sexual
y al hambre;

pero muy bien
podría no
estar ligada
a ellos.

Se dice,
se puede decir,
hay quienes dicen
que la conciencia
es un apetito,
el apetito de vivir;
e inmediatamente
junto al apetito de vivir,
lo que acude de inmediato a la mente
es el apetito del alimento;

como si no hubiera personas que comen
sin ninguna clase de apetito;
y que tienen hambre.

Pero eso también
existe:
tener hambre
sin apetito;

¿y entonces?

Entonces

el espacio de la posibilidad
un día me fue otorgado
como un gran pedo
que me tiraría;

pero ni el espacio,
ni la posibilidad,
sabía yo exactamente lo que eran,

y no sentía la necesidad de pensar en ello,

eran palabras,
inventadas para definir cosas
que existían
o no existían
frente a
la urgencia apremiante
de una necesidad
la de suprimir la idea,
la idea y su mito,
y hacer que reinara en su ugar
la manifestación estruendosa
de esa explosiva evacuación:
dilatar el cuerpo de mi noche interna,

de la nada interna

de mi yo

que es noche,
nada,
irreflexión,

pero que es explosiva afirmación
de que hay
algo
a lo cual darle paso:

mi cuerpo.

¿Y reducir en verdad
a ese gas pestilante
mi cuerpo?
¿Decir que tengo un cuerpo
porque tengo un gas pestilante
que se forma
adentro mío?

No sé
pero
sé que

el espacio,
el tiempo,
la dimensión,
el devenir,
el futuro,
el porvenir,
el ser,
el no-ser,
el yo,
el no yo,
no son nada para mi;


pero hay una cosa,
que es algo,
una sola cosa
que sería algo,
y que siento
en la medida en que busca
SALIR:
la presencia
de mi dolor
de cuerpo,

la presencia,
amenazadora
nunca pesada
de mi
cuerpo;

tan fuerte que me apremian con preguntas
y que yo niego todas las preguntas,
hay un punto
en que me veo obligado
a decir

NO

entonces
a la negación;

y en ese punto
es cuando me apuran,
cuando me presionan
y me ordeñan
hasta el origen
de mí
del alimento,
y de su leche,

¿y qué resulta?

Que estoy sofocado;

y no sé si es una acción
pero al presionarme así con preguntas
hasta la ausencia
y la nada
de la pregunta
me han presionado
hasta la sofocación
en mí
de la idea de cuerpo
y de ser un cuerpo,

y entonces he sentido lo obceno

y he pedorreado
por sinrazón
y exceso
y por la revuelta
de mi sofocación.

Porque me presionaba
hasta mi cuerpo
y hasta en el cuerpo

y fue entonces
cuando hice que todo estallara
porque a mi cuerpo
nunca lo van a tocar."

Antonin Artaud, Para terminar con el juicio de dios

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